martes, 15 de enero de 2013

el otro lado del puente


Me siento y espero…
                      espero…
                      espero…

miro mi reflejo en la pantalla apagada del ordenador, el me mira a mí y vuelta a empezar
saco un cigarrillo y sin darme cuenta, juego con él entre los dedos de mi mano izquierda,
 la derecha quiere y no puede… escribir

que hastío, que indolencia la mía
       
delante la luz, detrás las sombras…   calladas, quietas, como esperando un destello, una señal

                   ¿estaré muerto? ¿será de este modo?,
se que no porque escucho el ritmo a mi izquierda, palpitante, cálido, pausado

                                acaso este muerto en un sueño, tal vez en mi sueño sueñe que estoy muerto   ¿y?... nada

sigue la indiferencia en mi regazo

si lo estuviera, ¿cómo volver y decirle al piadoso lo que a solas me digo?
                 
                  … vivimos lo que podemos, vivimos si nos dejan y si queremos, pero elegimos el espino y sufrimos, pero elegimos el brote y nos encantamos

qué distinto si supierais, si, por un momento vivierais esta muerte apagada, yerma, estéril        esta muerte exánime      
 …a quién demandar una justificación por tanta certidumbre regalada, tal vez forzada

por fin, enciendo el cigarro algo maltrecho en la inconsciencia de mi olvidada orilla
esa orilla que me ignora, esa orilla que restalla en mi cabeza como un azote

insistente, provocadora             busca algo, me invita
insolente, pendenciera                  busca algo, me instiga
arrogante, camorrista                      busca algo, se burla

         la respiración agitada y el sudor perlado en la materia, abro los ojos y un mar de estrellas me inunda el alma    
mi mente trabaja en la memoria y todo es confuso y siento frío en el corazón

   evoco el instante y se apaga la azul llama del olvido y es ahora cuando me sangra la boca y me quedo en ella, me quedo en la vida, en un abrazo un gesto, una mirada

                   hasta entonces coge mi mano amigo y bebe de este arroyo que es la fuerza que nos empuja…


 y cree en mí que yo ya lo hago en ti

1 comentario:

  1. Cristina:
    "siento frío en el corazón" Leer tu poesía no deja nada frío. ¿Un soplo de esperanza al final? No dejes de escribir. Un beso

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