sábado, 15 de diciembre de 2012

melancolía

   la brisa se asemejaba a tu llorar quedo

                   y la entrada del otoño festejaba la caída de tus lágrimas

con ellas la melancolía asomaba su frescura              tímida

              se mostraron ante mi los recuerdos y, como si fuera música, 

tus desaparecidas manos susurraron sobre mi 

piel...

              fue como escuchar notas sueltas, arrastradas     fue como volver a oírte

   danzabas a mi alrededor como una chiquilla divertida y 

fresca              ingenua e infantil

    y otra vez la esencia se posó sobre mis rodillas dejando, con gesto incierto, un beso en ellas


                         de un salto te marchaste y contigo el otoño 
y las hojas caídas

                toda la gracia que me envolvía se torno nieve seca


                  un temblor asomó a mis pies y busqué abrigo en tus recuerdos, pero no estabas

                                        quizás ya nunca vuelvas siquiera en el nostálgico frío de otras veces                                                                                                       
                                                                                                                                                                          1992

La orilla

   todavía el iris resalta la azulada y fresca espuma sobre tu tostado vientre

todavía el tacto se desliza como la fina y cálida arena en tus pies y el perfume de tanta luz en los poros de tu pecho y la sal en tu rostro,

todavía resbala por mi alma...

         mientras, las aves quietas en el sofocante aire parecen parar al tiempo, pararlo todo, menos la sangre que da color a tu reposada sonrisa,

      bésame ahora poema, pues todo esto es un instante, toda una vida...

                                                                                                                                             1982


jueves, 13 de diciembre de 2012

Lo que queda de la esperanza


El mundo se arrastra…

y seguimos su estela hambrientos de anhelos materiales, de espejos que nos regalen un guiño comprometido y al mismo tiempo que nos redima de despojarnos de lo inútil en un gesto enaltecido en demasía para liberarnos de nada…

y sin embargo nos salva el que se vuelve y se despide de todo para ver este mundo desde el suelo y, sin miedo, compartir el barro que atrapa a tanto desventurado que sin elegirlo ha sido desposeído de lo que nunca tuvo,

y seguimos su estela sedientos del néctar del piso más alto, del mármol más blanco, del más rápido asfalto…

y sin embargo nos salva el que ante un mar brillante y calmo se sumerge en un mar insondable y sombrío para compartir la asfixia con tanto  desventurado  que sin elegirlo ha sido desposeído de lo que nunca tuvo,

y seguimos su estela ávidos del erotismo que el mayor crédito pueda darnos…

y sin embargo nos salva el que ante la brisa embriagadora de un campo de jazmines dobla sus rodillas bajo la calima del campo yermo  y da sombra con su sombra a tanto desventurado que sin elegirlo ha sido despojado de lo que nunca tuvo,

y seguimos su estela salvando a la patria que nos avergüenza quitando la vida a los que nos "avergüenzan"…

y sin embargo nos salva el que ante elixires y manjares entrega la savia que dentro lleva a tanto desventurado que sin elegirlo ha sido despojado de lo que nunca tuvo...  

martes, 11 de diciembre de 2012

Las mariposas se apagan al amanecer

              Ya la vida se me hace larga
 ya la espera atribulada
casi centenaria, este río se me antoja eterno...
en el alba nacer para al atardecer morir.
a diario tú me alegrabas el llanto
y ante tu pasajera ausencia
mi esencia al pensamiento

déjame estar, déjame ir
deja a mi alma volar...

como decirle a tu pena que es vana,
como decirle a tus ojos que se regocijen
 pues he arraigado mi memoria en ti

no llores mi niña,
alegra la estancia al pensar en mí
 no me busques en la mirada,
 solo respírame intenso y me sentirás
sigue adelante sigue tus pasos
que mi sombra caminará a tu costado ...
                                                            
                                                                                                                                                      A mi hija 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Las musas

   Quizás las musas me abandonaron hace ya unos treinta años, cuando la vida comenzó a sonreírme, quizás fui yo el que las abandonó. Por la razón que sea y tras meditarlo, bien en el porche del patio bien con la almohada estoy en el camino de retomar aquello que tanto me maravilló en el pasado y que tan buenos y tristes recuerdos me regala la memoria. No acabo de comprenderlo pero siento el empuje que el universo (mi universo) me propone cuando la respiración se hace costosa, se hace imposible. 
   
   Jamás hubiera imaginado que a los cincuenta, aquellas musas volvieran. ¿Que han visto?, el alma cansada, la mano lenta, el pensamiento ajado. A pesar de ello, las recibo con los brazos abiertos y una sonrisa que ilumina la estancia que ahora ocupo. ¿Será suficiente este faro para que acerquen su verbo a mi espera?, ... y,... si así fuera, ¿seré yo capaz de trasladarlo al suelo, a la tierra húmeda que pisamos?. 

   De cualquier manera aquí estoy ahora. Cambiando el papel de corcho que antaño me regalara un amigo por el sistema binario que exige el momento.

                                                                                  Brian, 2012